En el principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno de ellos dijo:
“Debemos quitarles algo a los humanos, pero, ¿qué les quitamos?”. Después de mucho pensar uno dijo: “¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar”
Propuso el primero: “Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo”
….a lo que inmediatamente repuso otro:
“No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está”.
Luego propuso otro: “Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar” y otro contestó:
“No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará”.
Uno más dijo: “Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra”. Y le dijeron:
“No, recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad”. Analizó cada una de ellas y entonces dijo: “Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren”.
Todos voltearon asombrados y preguntaron al mismo tiempo: “¿Dónde?”. El demonio respondió: . . . . “La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan
ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán”.
ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán”.
Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: “el humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo en su propio corazón”.
Lo mismo ocurre con la maldad, o la abominación, el hombre se la pasa buscándola en los demás, en la sociedad. Pero Satanás es tan astuto que también la a escondido en donde muy pocos buscamos, en nuestro corazón el hombre realiza grandes manifestaciones en contra de la violencia y exige la paz, el problema es que mientras la maldad este en nuestros corazones, la sociedad seguirá siendo perversa.
Las iglesias cristianas estamos en contra del pecado, y nuestro trabajo es denunciarlo. Pero Satanás una vez más en su astucia y aprovechando la avaricia, el hambre de poder y de fama que tenemos los hombres. Ha logrado esconder el pecado en el corazón de las mismas iglesias. Y Satanás ha logrado tomar posesión de muchas de ellas. V 5 “Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada.”
El cristiano moderno es cristiano de boca pero católico de corazón, aunque ya no se congrega en templos católicos y ya ha descolgado las imágenes de la pared, todavía en su corazón tiene las tradiciones de su antiguo grupo y bajo la excusa de no ser fanático o radical a metido la inmundicia al templo de Dios. V 14 “Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.”
Muchos siervos de Dios en público son muy ungidos, pero en la intimidad de sus hogares son otra cosa muy diferente. V 11-12 “delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. 8:12 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.”
Muchos pastores en su afán de ver sus iglesias llenas no les a importado meter la idolatría y utilizar estrategias del mundo. V 16 “Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente.”
Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala.
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