viernes, 16 de noviembre de 2012

El Deber del Atalaya. Ezequiel 33


Atalaya es un vigía o un centinela encargado de anunciar en caso de que llegue el enemigo.
Dios nos llama a todos para que seamos atalayas que anunciemos la palabra de Dios.
El llamado lo hace de:
Manera personal. Ezequiel 3: 17 “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.

1.      A través de los hombres. Ezequiel 33: 2 “Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya,
2.      A través de la palabra. Hoy tenemos el mismo mandato que tenían los discípulos de Jesús. Mateo 28: 19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
De cualquier manera que Jesucristo utilice para mandarnos a ser sus atalayas el deber que asumimos es el mismo. Anunciar la palabra de salvación, escuchen o no nos escuchen. Ezequiel 2: 7 “Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.
El no anunciar la palabra de Dios nos convierte en rebeldes. Ezequiel 2: 8 “Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
El ser obedientes al mandato de Jesucristo nos hace dignos de contar con su presencia hasta el fin del mundo. Mateo 28: 20 “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” contar con la presencia de Jesús significa tener su respaldo total.
Los que llevamos las buenas nuevas del evangelio somos tan importantes como un medico cirujano, muchos no lo pueden creer ya que argumentan que el médico se quemo las pestañas o estudio mucho. Pero la razón es muy sencilla, el médico cirujano tiene en sus manos la vida de una persona, es decir si se equivoca lo único que provoca es la muerte física de ella, pero total Cristo la puede resucitar en el día final. En cambio si nosotros nos equivocamos y enseñamos mentiras, las personas que están a nuestro cargo podrían morir, no de manera física, sino algo peor su muerte seria espiritual y la condenación seria para siempre.
Si nosotros los llamados cristianos no anunciamos la verdad y esa persona a quien discipulamos se condena, Dios nos hace responsables a nosotros. Ezequiel 33: 8 “Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
Si nosotros hablamos salvamos nuestra vida y la de los demás. V9 “Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.
Dios no quiere la muerte del pecador, Jesucristo ama al pecador pero aborrece el pecado. V 11 “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
El ser cristianos por mucho tiempo no nos garantiza salvación, al igual que si alguien es pecador por mucho tiempo, esto no significa que ya este condenado. V 12 “Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.
El justo puede confiarse, caer en pecado y condenarse. V 13 “Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo.” Nuestra lucha por la santidad tiene que ser de manera constante. 1 corintios 10: 12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
El pecador siempre tiene la oportunidad de arrepentirse de su maldad y salvarse. 14 “Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia,
Dios quiere que lo busquemos de todo corazón para adorarlo, Juan 4: 23. En la antigüedad y ahora hay muchos que no lo buscan para adorarlo y respetarlo, hoy hay mucha gente del mundo que acude a las iglesias cristianas solo porque les parece chévere la forma como habla el pastor, o los shows que él hace. Ezequiel 33: 32 “Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia.  33:32 Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.
Jesucristo no va a morir otra vez para salvar a la humanidad, la salvación del mundo ahora depende de ti y de mi.



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