jueves, 15 de noviembre de 2012

Mantener la Bendición el reto más difícil. Ezequiel 31


Tras conseguir el éxito llega lo más difícil: mantenerse en la cumbre. Es el reto al que se enfrentan las personas que han conseguido brillar.
Escalar a la parte más alta del éxito muchas veces no resulta tan difícil, como el mantenerse en esa posición.
A los seres humanos nos cuesta manejar la fama o los momentos de triunfo, los adulos de los demás o el saber que estamos muy alto nos hace aflojar, sea en lo secular o en lo espiritual.

Hay momentos tan hermosos en nuestra vida que nos parece que no tenemos con quien compararnos, parece que fuéramos los únicos con tanta bendición. V 2 “Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?
Los asirios  llegaron a ser los mejores, estaban pasando por su mejor momento. V 8 “Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura
Cuando estamos cogidos de la mano de Dios sentimos que también estamos pasando por nuestro mejor momento. Tanto que en muchos despertamos envidia. V 9 “Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.
Dios quiere que seamos personas de importancia, lo que a él le molesta es que por causa de la bendición endurezcamos nuestro corazón. V 10 “Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado en altura, y haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura,
Entre más alto estemos más nos tenemos que cuidar, de lo contrario el desplome es inevitable. V 12 “Y lo destruirán extranjeros, los poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán.
Y lo que es más triste todo aquel que cae por no saber manejar el éxito, arrastra con él a todos los que le ayudaron. V 17 “También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.
Cuando llegamos a la cima de la montaña de la victoria necesitamos más esfuerzos para mantenernos, que el esfuerzo que imprimimos cuando estábamos comenzando la subida.
Un periodista le pregunto al gerente de una empresa multinacional, que porque seguían gastando tanto dinero, millones en publicidad si ellos ya eran muy reconocidos y ya estaban en la cima del éxito; él le respondió: si tu estas en un avión a cientos de pies de altura, solo porque ya estás muy alto ¿le apagarías los motores al avión para ahorrar combustible? ¡No! ¿Verdad? Si haces eso el avión caería irremediablemente, lo mismo sucede con mi empresa y la publicidad.
Algunas cosas que nos podría ayudar a mantenernos en la cima de la bendición:
1.      Busca una razón para seguir luchando
2.      Ten en cuenta los beneficios que vas a obtener si te mantienes
3.      Se flexible pero firme, no sedas ante las cosas del mundo
4.      Has de tu vida un aprendizaje y una mejora continua
5.      Visualiza siempre tu meta.
Si ya crees que estás muy alto en tu nivel de bendiciones no apagues los motores, que sigan encendidos como cuando comenzaste.  Sigue alabando, sigue orando, sigue congregándote, sigue estudiando la palabra de Dios, solo de esta manera te mantendrás en la cima. Santiago5: 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
No dejes que se apague tu primer amor, busca cada día enamorarte más de Jesucristo y de su obra.



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