sábado, 17 de noviembre de 2012

La Vida un Paraíso. Ezequiel 45


Cuando miramos a nuestro alrededor solo encontramos violencia, maltrato, enfermedad y muerte.
Y sobre todo cuando nosotros mismos somos víctimas de lo que pasa en este mundo. Anhelamos grandemente vivir en un paraíso. Nos imaginamos una vida feliz, rodeado de las cosas que nos gusta.
Desde un principio el propósito de Dios es que viviéramos en un paraíso, para eso preparo la tierra con todo lo necesario para que eso fuera posible.

Si hoy vivimos otra realidad es culpa del hombre. El ser humano busca la felicidad queriendo poseer y sobre todo a la fuerza, poder, dinero, cosas, tierras, personas....V 9 “Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Basta ya, oh príncipes de Israel! Dejad la violencia y la rapiña. Haced juicio y justicia; quitad vuestras imposiciones de sobre mi pueblo, dice Jehová el Señor.” pero se equivoca: Cuanto más desea, más infeliz es; cuanto más tiene, más roba del bien común generando injusticias a su alrededor que se vuelven  irremediablemente contra él (recuerda el “efecto boomerang”
El paraíso está allá en el cielo pero también es “aquí y ahora”, en esta hermosa Tierra vivida con Amor. El ser humano abandona “el paraíso” constantemente cuando no está en estado de Amor. El paraíso siempre ha estado adelante del hombre pero lo pierde cuando decide tomarlo a la fuerza solo para su propia conveniencia.
El hombre quiere vivir en un paraíso y para eso hace cualquier cosa no importa si pierde la honradez o la dignidad. Ya no hay tolerancia ni comprensión.
Jesucristo está interesado en que volvamos a recuperar ese paraíso perdido.
Para que ese paraíso sea una realidad es necesario actuar con honradez. V 10 “Balanzas justas, efa justo, y bato  justo tendréis.” Ladrón no solo es el que roba dinero o cualquier otro bien.
Cuando nosotros somos incumplidos en cualquier compromiso que asumimos estamos robando tiempo a los demás. Cuando se nos pasas el tiempo y no hacemos nada, envejecemos y todo sigue igual estamos robándonos a nosotros mismos.
Con nuestros actos podemos robar la paz o  la tranquilidad de nuestros seres queridos y de las demás personas con quien convivimos.
Cuando no agradecemos a Dios por las cosas maravillosas que recibimos a diario, le estamos robando la gloria a Dios.
Solo si el fruto del espíritu santo se desarrolla en nosotros podremos vivir en un paraíso aquí en la tierra. Gálatas 5: 22- 26 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,  5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.  5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.  5:26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Solo con los ingredientes del fruto del espíritu santo lograremos tener un paraíso en la tierra, trata de poner en práctica cada uno de estos ingredientes en tu hogar y en tu propia vida.

Recuerda la paz no comienza en los demás, la paz comienza en tu corazón.



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