martes, 13 de noviembre de 2012

El Peligro de creerse Perfecto. Ezequiel 27


¿Conoces personas que se creen perfectas?, ¿Qué nunca cometen errores? ¿Que todo lo saben? ¿Qué todos los mensajes o predicaciones son para todos los demás, menos para ellos?
Pero este mal (porque sin duda es un mal), no es nuevo, siempre ha existido y lo podemos ver reflejado en la Palabra de Dios: Ezequiel 27: 3 “Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas Costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.

Las personas que se creen perfectas corren un riesgo muy grande de deteriorar su relación personal con Dios, y con los demás, ya que les cuesta mucho aceptar corrección. Pues que toda palabra que escucha o lee nunca es para él o ella, ya que  al auto examinarse a través de lo que oyó o leyó se da cuenta que “no era con él o con ella”, pues su mismo auto concepto le hace creer que siempre está bien con Dios.
La palabra de Dios dice que él que crea que este de pie se cuídese de no caer. 1 Corintios 10: 12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
El que cree que todo lo sabe se estanca y por lo tanto va en retroceso, no por que camine hacia atrás, sino porque los otros avanzan y el se queda en el mismo lugar.
La persona humilde e inteligente es aquella que mientras más sabe considera que más necesita aprender, esto lo hace sabio.
Para no caer en el orgullo debemos siempre recordar que todo lo que tenemos proviene de nuestro creador. V 4 “En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza.
Siempre debemos tener en cuenta que solos no hubiéramos logrado muchas de nuestras metas. V 11 “Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura.” Reconocer esto nos hace agradecidos con los demás.
Cuando tenemos buena acogida de los demás debemos entender que no es por nosotros, sino por lo que Dios nos ha dado por su gracia. V 12 “Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias.
Solo con la ayuda de los demás es que podemos conseguir lo que queremos, si tú tienes un negocio ten en cuenta que son los clientes que Dios te envía los que mantienen tu negocio en alto. V 25 “Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares.
El ser útiles a los demás nos hace humildes, el creernos indispensables y súper necesarios para los demás nos llena de orgullo. V 33 “Cuando tus mercaderías salían de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tu comercio.
El orgullo de creerse perfecto hace que se descuide así mismo y descuide a los demás esto lo puede llevar a la destrucción. V 27 “Tus riquezas, tus mercaderías, tu tráfico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída.
Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.




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